lunes, 6 de septiembre de 2010

SIEMPRE HAY UN CAMINO.


La vida para que no nos aburramos en nuestro caminar se encarga de llenarnos la espalda de peso, como sino fuera suficiente los obstáculos que nos encontramos ya y es que un nuevo peso cada vez nos cuesta más trabajo asumir después de todo el trayecto que llevamos, ¿pero que hacemos ante esta situaciones?..., ¿abandonamos?, ¿a regañadientes seguimos adelante maldiciendo a la vida por lo injusta que es con nosotros? o ¿tomártelo con filosofía y aceptar las cosas cuanto más pronto mejor y para adelante con la mayor de las alegría?..., la idea de abandonar es de cobardes y para llegar a la última opción tienes que pasar muchas rabietas hasta que des cuenta que la felicidad reside en como lleves el peso en tu caminar.